Robert Redford me recuerda a Clint Eastwood porque son dos directores de la vieja escuela americana que antes fueron actores y que tienen una sensibilidad muy marcada a la hora de enfrentarse a una historia, sea del tipo que sea.
Es un hecho histórico que en 1865 el joven gobierno federal de los EEUU llevó a juicio a los implicados en el asesinato del presidente Lincoln, ese juicio no sólo fue demasiado rápido si no que planteó muchísimas dudas acerca de la acusación injusta de la dueña de la pensión donde se gestó la conspiración.
La dueña acusada no es otra que la magnífica Robin Wright y el joven e inexperto abogado encargado de defenderla contra todos los federales de su bando es el (de moda)
James McAvoy. Ambos lo hacen genial en esta historia antigua que resulta plenamente de actualidad, ¿o no les suena de nada la disyuntiva derechos civiles y constitución contra política? Dice el guionista: "Me decían que era una historia fascinante, pero demasiado desvinculada del presente. Después del 11-S rara vez volví a oir esa opinión." Y apostilla el director: "La historia está repleta de grandes relatos que a menudo parecen hablarnos del presente. Es triste admitirlo, pero ciertos errores de la Historia se repiten sin remedio."
Una peli muy cuidada que emociona por momentos y con una fotografía y una música agradablemente acordes con la época que retrata. Es un correcto 6.
Muy de acuerdo contigo......por una vez jaja Un beso
ResponderEliminarSe tendrá en cuenta Cyllan. Buena pinta, tiene.
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Esta también me apuesto que te gustará Pulga.
ResponderEliminarA mi me ha gustado mucho,tiene ingredientes que me encantan,hechos historicos y un drama judicial.Despues la pelicula muy bien dirigida,con gran ambientacion y muy buena interpretacion.
ResponderEliminarSip. La verdad es que yo de las pelis de juicios estoy un poco harta pero es que esta es muy distinta por la época y por lo singular del juicio claro.
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