“May the road rise before you
May the wind always be at your back
May the wind always be at your back
May the lord hold you in the palm of your hand
And may you be in Heaven half an hour
before de devil knows you are dead.”
El que tuvo retuvo se le podía aplicar a este maestro de directores. La trayectoria artística de Lumet desde aquellos legendarios doce hombres sin piedad ha tenido altibajos como suele pasar, pero últimamente parece que todo eran bajos. Con esta soberbia película vuelve a su mejor hacer. Vuelve a la cuidadísima dirección de guiones y actores, a la narración impecable, entendible hasta sus últimos motivos y recovecos, que son muchos. Muy bien se ha hecho acompañar además por esos dos monstruos de la interpretación que son Philip Seymour Hoffman y Etham Hawke. El primero en su magnífica línea y el segundo en la mejor caracterización que le he visto en su carrera, increíble la solidez con la que lleva a su personaje.Un thriller cruzado con drama psicológico redondo para disfrutar como un enano en la butaca viendo pasar las miserias humanas, una tragedia de desarrollo y connotaciones griegos. El atraco perfecto, la venganza familiar, mentiras de piernas cortas, la redención al final del camino y la hipocresía como modo de vida. Y es que la gloria es ese rascacielos, visitado asiduamente por Hoffman, que se confunde en sus últimas plantas con las nubes, y el infierno es la cama de Hawke, eternamente revuelta en una anodina habitación de un apartamento que no puede llamarse hogar. Se puede ser un desalmado con agallas y se puede ser un canalla cobarde, elijan ustedes su tipo, ambos igual de reprochables pero no igual de atractivos.
El que tuvo retuvo se le podía aplicar a este maestro de directores. La trayectoria artística de Lumet desde aquellos legendarios doce hombres sin piedad ha tenido altibajos como suele pasar, pero últimamente parece que todo eran bajos. Con esta soberbia película vuelve a su mejor hacer. Vuelve a la cuidadísima dirección de guiones y actores, a la narración impecable, entendible hasta sus últimos motivos y recovecos, que son muchos. Muy bien se ha hecho acompañar además por esos dos monstruos de la interpretación que son Philip Seymour Hoffman y Etham Hawke. El primero en su magnífica línea y el segundo en la mejor caracterización que le he visto en su carrera, increíble la solidez con la que lleva a su personaje.Un thriller cruzado con drama psicológico redondo para disfrutar como un enano en la butaca viendo pasar las miserias humanas, una tragedia de desarrollo y connotaciones griegos. El atraco perfecto, la venganza familiar, mentiras de piernas cortas, la redención al final del camino y la hipocresía como modo de vida. Y es que la gloria es ese rascacielos, visitado asiduamente por Hoffman, que se confunde en sus últimas plantas con las nubes, y el infierno es la cama de Hawke, eternamente revuelta en una anodina habitación de un apartamento que no puede llamarse hogar. Se puede ser un desalmado con agallas y se puede ser un canalla cobarde, elijan ustedes su tipo, ambos igual de reprochables pero no igual de atractivos.
En Filmaffinity.
En esta me pillas. Quiero verla y si alguien me vende (barato) algo de tiempo lo haré. Si no, tendré que conformarme con el DVD.
ResponderEliminarUn beso.
Chico incondicional yo no te puedo vender eso porque eso no tiene precio. Pero de verdad, robaselo a alguien y ve a ver esta maravilla.
ResponderEliminarLa vi. Lo mejor, los actores, que están soberbios. Me pasa como con muchas otras películas, que en el cine no conecto y luego, conforme va pasando el tiempo me va gustando más.
ResponderEliminarLo que menos me gustó fue el final y los saltos temporales del principio. El resto está muy bien.
Un beso.
El final coincido contigo en que es lo más flojo, casi innecesario. Los saltos temporales de todo el metraje me encantaron, son difíciles de hilar y le quedaron a Lumet clavados :)
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