A esta leyenda viviente hay que ir a verla siempre. Me gusta absolutamente TODO lo que ha hecho. Y si encima interpreta él con más razón. Que ésta para mi gusto baja un poco el tono, bueno, pero ya quisieran muchos directores que fuera así su mejor película. Es que pasa que el tema "viejo macho enseña a ser un hombre a jovencito" me raya bastante, y veo no sólo eso sino muchas más cosas que he visto en mil pelis norteamericanas, je. Beber cerveza en el porche con la escopeta en las piernas, cuidar tu auto como a un bebé, soy el tipo más duro, garaje abarrotado de herramientas, cagarte en la madre de tus amigotes (de broma claro), los pandilleros trogloditas que nos joroban la vida, la bandera, los vecinitos nos llevan comida, tus hijos son unos desgraciados aprovechados, las secuelas de Vietnam, (o my god, otra vez Vietnam) etc, etc de mil pelis.
Todo esto tan manido Eastwood lo cuenta tan requetebien que te parece casi nuevo, y construye a su glorioso protagonista tan suelto, tan dolorosamente vivo, que no puedes quitarle ojo desde que empieza con ese rostro huraño de amargado acabado y acaba milagrosamente en paz consigo mismo y con el mundo. Sus caras, dios, sus entonaciones, es buenísimo! Los dos hermanos orientales que le acompañan y hacen aquí su debut cinematográfico están geniales, quien los eligiera hizo un buen trabajo. Justo lo contrario opino del que eligió la música, ¿Kyle Eastwood? Ups.Tenemos hasta golpe de efecto final chicos. Que la vean sin rechistar todos los amantes de Clint, que son -somos- legión.
No quería ni leer tu blog antes de ir a verla.
ResponderEliminarA mí me ha encantado. Sí, coniene muchos tópicos americanos, pero contados por Clint Eastwood. Y el gran giro final, no el de el choque con los pandilleros sino cuando se confiesa, es buenísimo.
Saludos.
Já, suscribo tus palabras. No importan los tópicos; bastante tópico es despertarse cada mañana y antes de emprender el día sacudirse la rutina para sentir que cada día es diferente. Mientras vivimos, vamos envejeciendo y el pasado descansadito y tan joven, sea Vietnam o la Guerra Fría, despertando con nosotros, comiendo, haciendo nuestra vida, vaya. Pero, como dices, en la manera de contarlo está lo genial.
ResponderEliminarLa película me encantó. Este hombre me enamoró allá, en La Leyenda de la Ciudad sin Nombre. No me pierdo nada suyo, aunque no sea suyo.
Un abrazo gordísimo Cyllan, desde la Enterprise.
Que al final se haga amigo del curilla plasta es buenísimo? Mmm, disiento mucho Oligoqueto jajaj, que seres tan aberrantes me parecen los curas! No los aguanto, ni siquiera si me los pinta Eastwood.
ResponderEliminarHipatia otra enamorada de Clint jeje. Es verdad que todo depende de los ojos con que se mire. Todo menos los curillas claro jajajaj :P
No, no digo eso. Me refiero al giro que se produce cuando te cuenta el motivo que le ha hecho ser infeliz toda su vida. Resulta que llevan toda la película haciéndote creer que tiene traumas por la guerra y al final su drama personal es...
ResponderEliminarSaludos.
Es...
ResponderEliminarJejeje.
Preguntado Oligoqueto por otras vías cual es el misterioso drama personal al que se refiere, ya me contestó y no nos entendíamos porque para mí no fue un giro final, sino algo que se deja ver en toda la peli. Aclarado.
Un beso Oligo ;)
Maravillosa. Un broche perfecto, comedido, deseado, un resumen genial de todos los personajes que han forjado la leyenda de Eastwood. Harry Callahan, El sargento Highway, William Munny... todos tienen cabida en el protagonista de Gran Torino. Una peli consecuente con todo lo que la ha llevado a existir. Quizás no pase a la historia como una obra maestra de Eastwood, tampoco tiene esas aspiraciones. Sencillamente es gran, gran cine.
ResponderEliminarY aquí nos llega otro admirador de Eastwood, ya tardabas K1 ;)
ResponderEliminarTengo la impresión de que este retrato de hombre sin fisuras que tanto le gusta proyectar a Clint os gusta más a los chicos que a las chicas. No sé, a lo mejor es que conectáis más con ese perfil. Desde luego la peli es buena, nadie se atrevería a discutirlo. Y lo de broche, esperemos que sea sólo a su interpretación, no a su dirección.