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28 de enero de 2013

SKYFALL (Sam Mendes, 2012)


Adoro la imaginería del agente secreto más famoso del mundo. Es absolutamente increíble que tras la película enésima (perdí la cuenta) el mito siga más vivo que nunca. El incombustible Bond ha vuelto con Craig para quedarse, y estoy encantada con que lo retome un gran director en esta ocasión.
Cuando James lleva a M a un garaje a tomar "ese" Aston Martin (sí, es como el que usa en Goldfinger) y ella le pregunta a donde van, él responde que al pasado porque allí tendrán ventaja. Es un momento glorioso para los fans de 007, se te saltan las lágrimas, el gran Sam Mendes lo sabe y lo acompaña con el tema musical central de la saga. Y Mendes parece hacer eso exactamente con su visión del personaje, ya que lo mejor de la peli es lo que recoge del pasado. De Craig ni les hablo, me mata, ya lo saben, sigue igual de macizo y los trajes le sientan mejor que al mismísimo Connery. Encima en esta tercera entrega con él le han dado más empaque y profundidad al personaje, es más humano, pero tan letal como siempre por supuesto.
Los títulos de crédito iniciales son los más chulos que he visto en todo el año 2012, con una canción original mezclada con la antigua impecable, y es que hacer eso perfecto, ya lo saben, es también marca de la casa. Atención al momento en que descubrimos el por qué del título, me gustan las historias donde descubres eso a lo largo de ellas. En cuanto a "nuestro" Bardem, sale bastante, más de lo que esperaba, más que otros muchos villanos de Bond. Aunque siento decirles que no he visto nada reseñable en él, como de costumbre; y su mejor momento no es mérito suyo, es el momento monstruo (ya lo entenderán).
Prepárense a ver 143 minutos de acción y emoción que se les pasarán volando, la magia del cine es lo que tiene. Es un deleite de 7.

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